Qué comemos, cómo compramos, cuánto tiramos… en definitiva, nuestro actual estilo de vida está causando daños irreversibles al medioambiente. En nuestro día a día y sin ser conscientes, hemos normalizado ciertas prácticas que tienen un coste ecológico muy alto y es importante conocer cuáles son las más perjudiciales para poder buscar alternativas sostenibles.
La información descrita a continuación va en línea con los objetivos de desarrollo sostenible promulgados por la ONU, en especial con el número 12 (\) sobre producción y consumo responsable.*
¿Qué comemos y cómo afecta al medioambiente?
¿Sabías que el sector de la alimentación representa alrededor del 30% del consumo total de energía en el mundo y un 22% del total de las emisiones de gases de efecto invernadero? Podríamos pensar que no hay más remedio ya que hay muchas bocas que alimentar pero es preciso saber que alrededor de un tercio de todos los alimentos producidos termina pudriéndose. Así que, aún a pesar de sentirnos impotentes ante la inmensidad de la problemática ecológica, debemos tomar conciencia de que nuestros actos diarios tienen una influencia determinante en el medioambiente.
Nuestras ingenuas compras inciden en la degradación de la tierra, la disminución de la fertilidad del suelo, el uso insostenible del agua, la sobrepesca y la degradación del medio marino. Todo ello provoca un desgaste de los recursos naturales, que hace que cada vez éstos sean menos capaces de suministrarnos alimentos.
Y es que los productos que compramos no sólo tienen un coste en nuestro bolsillo, sino que también le pasan factura al planeta. Desafortunadamente no estamos acostumbrados a poner en valor este coste. Si tomáramos conciencia del impacto que provoca comer un aguacate de Perú, ¿seguiríamos consumiéndolo a pesar de saber el coste que éste supone para el medioambiente?
Cómo compramos y cómo afecta al planeta
Informarse antes de comprar repercute en el medioambiente directamente porque por ejemplo ¿sabías que la industria textil es el segundo mayor contaminador de agua potable después de la agricultura? La contaminación de las aguas es también una cuestión apremiante que exige una solución sostenible. Contaminamos el agua a una velocidad mayor a la que la naturaleza la puede reciclar y purificar.
Si hacemos nuestras compras a proveedores locales y comprometidos con el medio ambiente, marcaremos la diferencia y ejerceremos una presión social sobre las grandes empresas para que adopten prácticas ecológicas. Debemos empoderarnos mediante la ley de la oferta y la demanda y, siempre que sea posible, actuar de forma reflexiva y comprometida a la hora de comprar optando por opciones sostenibles.
Lo que tiramos y cómo afecta al medioambiente
Para reducir al máximo los desechos que producimos, podemos adoptar el hábito de prescindir de plásticos innecesarios, de envases de un solo uso y de malgastar menos alimentos. Para ello resulta útil llevar una bolsa reutilizable, negarse a utilizar pajitas de plástico, reciclar los envases, etc. También podemos valorar nuestro consumo textil pensando en qué necesitamos y qué no y comprando a marcas y empresas comprometidas con el medioambiente y con la sostenibilidad del planeta.
En definitiva, la idea de buscar y utilizar nuevas opciones es de vital importancia para todos, ya que nuestro actual estilo de vida es insostenible. Si la población sigue creciendo a este ritmo y mantenemos nuestro consumo, en el año 2050 se necesitarán casi tres planetas para mantener el ritmo actual de producción y consumo.
Comprar productos ecológicos, de proximidad, ser más conscientes en nuestras compras textiles y malgastar menos comida, son algunas alternativas a las dinámicas de consumo actual. Éstas disminuirán el impacto que nuestro estilo de vida tiene en el medioambiente.
Qué comemos, cómo compramos, cuánto tiramos… en definitiva, nuestro actual estilo de vida está causando daños irreversibles al medioambiente. En nuestro día a día y sin ser conscientes, hemos normalizado ciertas prácticas que tienen un coste ecológico muy alto y es importante conocer cuáles son las más perjudiciales para poder buscar alternativas sostenibles.
La información descrita a continuación va en línea con los objetivos de desarrollo sostenible promulgados por la ONU, en especial con el número 12 (\) sobre producción y consumo responsable.*
¿Qué comemos y cómo afecta al medioambiente?
¿Sabías que el sector de la alimentación representa alrededor del 30% del consumo total de energía en el mundo y un 22% del total de las emisiones de gases de efecto invernadero? Podríamos pensar que no hay más remedio ya que hay muchas bocas que alimentar pero es preciso saber que alrededor de un tercio de todos los alimentos producidos termina pudriéndose. Así que, aún a pesar de sentirnos impotentes ante la inmensidad de la problemática ecológica, debemos tomar conciencia de que nuestros actos diarios tienen una influencia determinante en el medioambiente.
Nuestras ingenuas compras inciden en la degradación de la tierra, la disminución de la fertilidad del suelo, el uso insostenible del agua, la sobrepesca y la degradación del medio marino. Todo ello provoca un desgaste de los recursos naturales, que hace que cada vez éstos sean menos capaces de suministrarnos alimentos.
Y es que los productos que compramos no sólo tienen un coste en nuestro bolsillo, sino que también le pasan factura al planeta. Desafortunadamente no estamos acostumbrados a poner en valor este coste. Si tomáramos conciencia del impacto que provoca comer un aguacate de Perú, ¿seguiríamos consumiéndolo a pesar de saber el coste que éste supone para el medioambiente?
Cómo compramos y cómo afecta al planeta
Informarse antes de comprar repercute en el medioambiente directamente porque por ejemplo ¿sabías que la industria textil es el segundo mayor contaminador de agua potable después de la agricultura? La contaminación de las aguas es también una cuestión apremiante que exige una solución sostenible. Contaminamos el agua a una velocidad mayor a la que la naturaleza la puede reciclar y purificar.
Si hacemos nuestras compras a proveedores locales y comprometidos con el medio ambiente, marcaremos la diferencia y ejerceremos una presión social sobre las grandes empresas para que adopten prácticas ecológicas. Debemos empoderarnos mediante la ley de la oferta y la demanda y, siempre que sea posible, actuar de forma reflexiva y comprometida a la hora de comprar optando por opciones sostenibles.
Lo que tiramos y cómo afecta al medioambiente
Para reducir al máximo los desechos que producimos, podemos adoptar el hábito de prescindir de plásticos innecesarios, de envases de un solo uso y de malgastar menos alimentos. Para ello resulta útil llevar una bolsa reutilizable, negarse a utilizar pajitas de plástico, reciclar los envases, etc. También podemos valorar nuestro consumo textil pensando en qué necesitamos y qué no y comprando a marcas y empresas comprometidas con el medioambiente y con la sostenibilidad del planeta.
En definitiva, la idea de buscar y utilizar nuevas opciones es de vital importancia para todos, ya que nuestro actual estilo de vida es insostenible. Si la población sigue creciendo a este ritmo y mantenemos nuestro consumo, en el año 2050 se necesitarán casi tres planetas para mantener el ritmo actual de producción y consumo.
Comprar productos ecológicos, de proximidad, ser más conscientes en nuestras compras textiles y malgastar menos comida, son algunas alternativas a las dinámicas de consumo actual. Éstas disminuirán el impacto que nuestro estilo de vida tiene en el medioambiente.